lunes, 17 de noviembre de 2014
SOY UN SEÑOR FEUDAL
SOY UN SEÑOR FEUDAL.
Paso frío en este castillo duro y sin sentimientos...con sangre derramada por
sus pasillos.No consigo calentarme. Sólo puedo pensar en que mis soldados
están luchando por mí...están muriendo por mí...
Yo fui soldado, como ellos, por eso en días de guerra, sufro tanto...
Mi castillo es seguro, estoy bien protegido. Gruesas murallas lo rodean y me protegen de los ataques enemigos.Mis soldados en sus puestos, vigilan desde
la parte superior de la muralla o "camino de ronda".
Y, por supuesto, gracias al foso mis enemigos no podrán sorprenderme, pues a
no ser que bajen el puente levadizo, el acceso es imposible.
Mañana es día de fiesta y mi gran salón se vestirá de lujo...Se encenderán todas las antorchas y recibiré a todos los señores feudales vecinos...será una cena opulenta.
Pese a ello...me siento solo..
En ocasiones, me gustaría ser uno de mis vasallos. Ellos, aunque carecen de riquezas, son realmente felices.Les veo trabajar duramente mis tierras,tanto la reserva señorial, la cual trabajan enteramente para mí, como los mansos.
Probablemente, yo sea uno de los pocos ejemplos de señor feudal para el que el dinero y las posesiones no lo son todo.Sobre todo, desde que me prohibieran estar con el gran amor de mi vida, la hija de mi vasallo Tristán.
Esta maldita sociedad estamental nos prohibió ser felices juntos.Y ella, después de casarse con quien no amaba, acabó viviendo lejos de mí...mi padre se encargó de alejarla.
CLASE DE 2º A.
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